Definiciones y conceptos

El grabado, del alemán graven=cavar y del francés graver=rayar o esgrafiar nos remite a la acción de incidir en una superficie para alterar su uniformidad, resultando de ello partes en hueco y partes en relieve que posteriormente se entintan e imprimen. La concepción inicial de grabar una superficie le otorga al hueco o al relieve la cualidad de ser el positivo de la imagen; es decir, de tener una prioridad visual en su dibujo. Por eso, las imágenes grabadas en relieve tienen normalmente como prioridad de construcción y apreciación al relieve como positivo, caso contrario de las imágenes grabadas en hueco. Por ejemplo, cuando dibujamos una imagen con un lápiz de grafito sobre un papel blanco le otorgamos prioridad positiva al trazo del lápiz y no así a los espacios que dejamos en blanco; y cuando dibujamos con un lápiz blanco en un papel negro hacemos inconscientemente lo mismo, sin pensar que obtenemos lo opuesto. Agréguese a esto la concepción de la imagen invertida en las matrices o planchas que al imprimirse, se ven al derecho. La diferencia entre una superficie esgrafiada o rayada (como un monolito o una talla en madera) y un grabado, es que este último se imprime.

Cualquier instrumento que se emplea como herramienta (tradicional Herramientas o no; preconcebido o improvisado) para su empleo en cualquiera de los procedimientos de la estampa y su impresión puede considerarse como inclusivo, útil, determinante, conveniente o necesario. Las herramientas de grabado corresponden con lo que antecede en su uso y frecuencia al instrumento por excelencia, en razón de su mejor configuración y disposición para la obtención de resultados positivos; sin embargo, el instrumento que realmente determina un dominio de los materiales, sus procedimientos y los resultados que se pretenden es la mano. Por lo tanto, un equilibrio entre una buena herramienta y una mano diestra representaría por sí mismo el ideal para considerar que su aplicación o práctica es la adecuada porque funcionan como una sola cosa: herramienta-mano-espíritu. Las herramientas son así, instrumentos que propician la generación de una huella en la superficie a grabar: punzones, buriles, ruletas, velos, cunas y gubias.

La xilografía o grabado en madera, De xilos-madera y graphos-dibujo o escritura, es el empleo de tablas de madera para su grabado o desbaste con herramientas llamas gubias o gurbias. El positivo de la imagen se determina por los espacios respetados como relieve, mismos que reciben la tinta y tienen contacto con el papel, razón por la cual también es correcto llamarlo grabado en relieve. Los orígenes del grabado en madera se remontan al siglo II en China.

La calcografía o grabado en cobre, del griego khalkos=cobre y del latín graphicus=dibujo o escritura. La calcografía es un término propio del grabado en hueco en donde el empleo de una lámina de metal para la sustracción de su material mediante la incisión o el corte resulta en el dibujo en positivo que posteriormente se entinta e imprime. La manera de incidir en el metal es de dos tipos: de manera directa, cuando se emplea un buril, un punzón o cualquier herramienta que “lastima” el metal con la fuerza de la mano; y de manera indirecta, cuando un ácido produce una reacción química al contacto con el cobre y genera los huecos. Los orígenes del grabado en metal se remontan a mediados del siglo XV y se atribuyen los primeros impresos al florentino Tomás de Finiguerra (1410-1475).

La litografía, del griego lithos=piedra y graphos=dibujo. Implica el empleo de una piedra caliza en donde se dibuja con un lápiz graso para su posterior humectación e impresión. El principio de la litografía se basa en el axioma de que las sustancias grasas y acuosas no se mezclan, situación que es aprovechable en la piedra, pues mantiene el nivel de humedad suficiente para bloquear la acción de la tinta, misma que se deposita únicamente en las partes dibujadas. Los orígenes de la litografía se remontan al año 1796 y a su inventor, el checo Alois Senefelder (1771-1834).